"El sonido favorito de Dios
es el sonido de su música interna.
Esta música interna
es la música de la transformación de la tierra
y de la perfección de la vida de la humanidad".
es el sonido de su música interna.
Esta música interna
es la música de la transformación de la tierra
y de la perfección de la vida de la humanidad".
Avances en la investigación neurocientífica ayudan a constatar la potencialidad de las propiedades terapéuticas que otorgan las vibraciones sonoras provenientes del sonido y la música. Desde la antigüedad se ha considerado a la música como una via terapéutica y de autoconocimiento. En este sentido, en la actualidad parecen confluir los conocimientos científicos del mundo occidental con los conocimientos ancestrales del mundo oriental. Sonido y música afectan e influyen holísticamente en cada una de las dimensiones humanas, incluida la espiritual y por ello, es de gran ayuda para desarrollar métodos como la meditación y obtener así sus beneficios.
Si tuviésemos que imaginar que sonidos o músicas nos unen a Dios, al principio hablaríamos del primer mantra o el "soh-ham" (dos sonidos primarios que realizamos cuando respiramos: aspirar /soh/, espirar /ham/)
Podríamos hablar de dualidad, comparándolo con el yin y el yan del "I Ching" (libro milenario oracular chino), o con el sistema binario por el que se rigen la mayoria de nuestras comunicaciones informáticas, hombre y mujer, nuestro caminar uno, dos; noche y dia, guerra y paz, es decir, la música, y en concreto el ritmo, con Dios, siempre se intuye binario.
Durante la edad media también se pensaba con ritmo ternario justificando su uso con el origen de la santísima trinidad, pero siempre se ha relacionado al movimiento, a la danza, a lo pagano y profano.
Si tuviésemos que imaginar que sonidos o músicas nos unen a Dios, al principio hablaríamos del primer mantra o el "soh-ham" (dos sonidos primarios que realizamos cuando respiramos: aspirar /soh/, espirar /ham/)
Podríamos hablar de dualidad, comparándolo con el yin y el yan del "I Ching" (libro milenario oracular chino), o con el sistema binario por el que se rigen la mayoria de nuestras comunicaciones informáticas, hombre y mujer, nuestro caminar uno, dos; noche y dia, guerra y paz, es decir, la música, y en concreto el ritmo, con Dios, siempre se intuye binario.
La gran mayoria de canciones compuestas mantienen estructuras rítmicas pares, periodos, frases, con compases de 2, 4, 8, 16, 32 ....que a través de preguntas y respuestas entretejen el discurso musical según la época y el estilo.
Ciertamente tanto lo visual como lo musical confluyen en el parámetro físico de la longitud de onda, y si bién partimos del sonido, para armonizar con acordes de triada, utilizando 7=notas; también partimos de la luz, para descubrir tres colores primarios, que combinandolos nos daran un espectro de 7=colores.; sin olvidarnos que 1-3-7 también són números sagrados: 1=Dios, 3=Santísima Trinidad, 7=número sagrado de la bíblia.
Ciertamente tanto lo visual como lo musical confluyen en el parámetro físico de la longitud de onda, y si bién partimos del sonido, para armonizar con acordes de triada, utilizando 7=notas; también partimos de la luz, para descubrir tres colores primarios, que combinandolos nos daran un espectro de 7=colores.; sin olvidarnos que 1-3-7 también són números sagrados: 1=Dios, 3=Santísima Trinidad, 7=número sagrado de la bíblia.
Según descubrimientos realizados por el japonés Masaru Emoto en su libro "mensajes de agua", ha estado llevando a cabo experimentos en todo el mundo sobre el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua. Las descripciones que aparecen a continuación han sido extraídas de su libro, donde publica los resultados obtenidos.
En la foto de la izquierda, a la derecha vemos una muestra de agua helada expuesta a la palabra "ángel", y a la derecha agua expuesta a la palabra "demonio". Como usted podrá ver, la estructura de la segunda es oscura y amorfa, sin que aparezca formación cristalina alguna.
Según Sri Chinmoy (maestro espiritual indio):
Es muy posible ser un músico y un Yogui. En la Madre India han habido muchos santos, sabios y maestros espirituales que fueron bendecidos con la música divina. Su talento musical no interfirió con su realización de Dios, e incluso después de alcanzar la realización de Dios, sus talentos musicales no les abandonaron.
Yoga significa unión, unicidad inseparable con Dios. Un Yogui es aquel que ha establecido la unión consciente con Dios. Él puede fácilmente convertirse en un músico porque en su inseparable unicidad con Dios, puede hacer cualquier cosa que quiera. Pero el Yogui ha de esperar a la Voluntad de Dios. Si es la Voluntad de Dios, se convertirá en un músico; o si es la Voluntad de Dios, se convertirá en alguna otra cosa. De no ser así, permanecerá sencillamente con su altísima realización y unicidad; él revelará y manifestará la Paz, la Luz y la Verdad más altas, de la manera que el Supremo quiere que lo haga.
Cuando una persona realiza a Dios, ella y Dios no son seres distintos; son uno, como una gota diminuta y el vasto océano. A veces el alma responde a la música del mismo modo. El alma se estremece con la música; se funde y se vuelve una.
Las cualidades de un Yogui y las cualidades de un músico pueden ir lado a lado, siempre que el Yogui tenga la capacidad y el talento inherente para la música. Un Yogui,aunque pase muy poco tiempo en el mundo de la música, puede ser un músico muy bueno, pero un músico necesitará infinitamente más tiempo para llegar a ser un Yogui.
Los Maestros espirituales que tienen capacidad musical pueden finalmente mostrar al mundo en general que la música interna puede ser interpretada externamente y apreciada por el mundo. Uno puede oir y crear música interna cuando está meditando. Podemos escuchar la música interna mediante la aspiración.
¿Qué es la música interna?
Hemos aprendido de los Vedas de la India que esta música es la lengua madre de la humanidad, el lenguaje del alma. Es por medio de la música como el Divino en nosotros tiene oportunidad de manifestarse aquí en la Tierra.
¿Qué es la música interna?
Hemos aprendido de los Vedas de la India que esta música es la lengua madre de la humanidad, el lenguaje del alma. Es por medio de la música como el Divino en nosotros tiene oportunidad de manifestarse aquí en la Tierra.
Cuando la capacidad espiritual de un músico se vuelve muy poderosa, él ni siquiera tiene que hablar. Los demás tan sólo mirarán su cara y verán algo de iluminación.
Cuando un Maestro espiritual toca su música, entra en el corazón y alma de la audiencia a través de su música. Al mismo tiempo, él está haciendo descender luz de lo alto.No está simplemente tocando un instrumento. Él está recibiendo algo del mundo superior y ofreciéndolo luego al mundo en general. En una hora, miles de personas pueden sentir esta luz superior como si fuera suya. Así, la música tiene la oportunidad, la capacidad de reclamar el universo como suyo.
Según cita Boyce (2003) en su libro “La música como medicina del alma” aludiendo a Store (1992), “la música provoca respuestas físicas similares en diversas personas y al mismo tiempo. Ése es el motivo por el cual la música puede inducir a la reunión de un grupo y crear sensación de unidad”.
Para el investigador Eckart Altenmüller, del Instituto de fisiología Musical y Medicina Musical de la escuela Superior de Música y teatro de Hannover (Alemania), la música resulta muy eficaz en la socialización de los individuos. Los primeros seres humanos crearon cantos con un ritmo constante que cohesionaban el grupo, les daba seguridad e impresionaban a posibles enemigos. De hecho los miembros de las selecciones deportivas nacionales, cuando entonan sus himnos en las competiciones, mantienen vivo aquel espíritu.
El investigador japonés Jaime Fukui descubrió que los hombres que hacen música juntos producen menos testosterona y menos cortisol, hormonas relacionadas con el stress. En cambio producen más oxitocina, la hormona que favorece la unión social y sexual. Fukui concluyó que la música reduce el miedo y aumenta la solidaridad entre personas.
Recientemente se han encontrado unas flautas fabricadas con huesos de animales (buitres, mamuts, cisnes) en el yacimiento Hohle Fels del Sur de Alemania (región de Suabia), que datan de hace 30.000 a 40.000 años y se atribuye al periodo paleolítico (Homo sapiens). Dichas flautas se encontraban junto a restos de animales cazados y diversas herramientas, sugiriendo que posiblemente las utilizaban en actos comunitarios y que la música cumplía la citada función de cohesión social. Sin embargo hay autores que avalan la existencia de pruebas que testimonian que los primeros seres humanos sabían bailar y cantar cientos de miles de años antes que apareciera el homo sapiens sapiens. La percusión es la forma más antigua de expresión musical. Se supone que apareció antes que la melodía aunque es difícil saberlo pues las madres siempre han acunado a sus bebés con cantos melódicos.
La música afecta a todas nuestras dimensiones: la física o corporal, la mental la emocional y la espiritual. Eric Jensen educador y escritor especializado en el cerebro opina que la música eleva la estructura molecular de nuestro cuerpo.
La música afecta a todas nuestras dimensiones: la física o corporal, la mental la emocional y la espiritual. Eric Jensen educador y escritor especializado en el cerebro opina que la música eleva la estructura molecular de nuestro cuerpo.
La música tienen sus propias frecuencias vibratorias que o resuenan o chocan con los propios ritmos de nuestro cuerpo. Cuando las dos resuenan en la misma frecuencia nos sentimos en sintonía y es entonces cuando aprendemos mejor y estamos más conscientes y alertas. Resumen muy adecuadamente los efectos potenciales de la música en la mente y el cuerpo aumenta la energía muscular, afecta al ritmo cardiaco, altera el metabolismo, reduce el dolor, acelera la sanación y la recuperación de pacientes que han pasado por el quirófano, ayuda en la descarga de emociones y estimula la creatividad, la sensibilidad y el pensamiento. Son conocidos los cambios que afectan al pulso, a la presión sanguínea y a la respiración…
La música desarrolla la capacidad de atención y favorece la imaginación y la capacidad creadora; estimula la habilidad de concentración y la memoria a corto y a largo plazo y desarrolla el sentido del orden y del análisis. Facilita el aprendizaje al mantener en actividad las neuronas cerebrales y ejercita la inteligencia, ya que favorece el uso de varios razonamientos a la vez al percibir diferenciadamente sus elementos y sintetizarlos en la captación de un mensaje integrado lógico y bello (Poch 1999).
Otras investigaciones explican el estado que se alcanza de bienestar y hasta la euforia por el aumento de los opiáceos propios del cerebro, las endorfinas. El sistema nervioso central aumenta su producción así como la de otros neurotransmisores (dopamina, acetilcolina, oxitocina). De las endorfinas se ha descubierto que dan motivación y energía ante la vida, que producen alegría y optimismo, que disminuyen el dolor y contribuyen a la sensación de bienestar, a la vez que estimulan los sentimientos de gratitud y satisfacción existencial.
Las artes, especialmente la música, son elementos del mundo físico exterior unidos o conectados fuertemente con nuestro mundo interior, con nuestro espíritu. Interpretar o escuchar música abre un camino directo e instantáneo hacia nuestras realidades mas internas, siendo la música un vínculo físico con nuestra dimensión espiritual, así como una estimada herramienta en nuestro viaje interior y en nuestra evolución personal. La música actúa como guía a través de los laberintos de la conciencia, nos ayuda a encontrar lugares desconocidos y descubrir nuevas realidades, convirtiéndose en un poderoso instrumento de autoconocimiento y de crecimiento personal. Sabemos por numerosos estudios que a través de la música se modifica la actividad neuronal, alterándose las frecuencias de las ondas cerebrales. A su vez influyen en nuestros ritmos naturales, como los latidos del corazón y la respiración estos.
La música está tan ligada a la espiritualidad, que es habitual su alusión a ella en las respuestas que conocidos músicos y compositores ofrecen en sus entrevistas. Zubin Mehta. “La partitura es mi Biblia, la escritura de una composición significa espiritualidad y mi deber es interpretar su obra de la forma más honesta posible".
